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Plátanos verdes. Los plátanos verdes contienen una cantidad significativa de almidón, que puede ser menos fácil de digerir por el tracto gastrointestinal (TGI) y puede causar una formación excesiva de gases y malestar. Sin embargo, los plátanos verdes ayudan a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y sirven para prevenir enfermedades cardiovasculares.

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Plátanos amarillos. Los plátanos amarillos contienen más azúcar y tienen un índice glucémico (IG) más alto. Es importante recordar que una dieta con un IG bajo no siempre es beneficiosa para las personas sanas. Por lo tanto, los plátanos amarillos tienen más potasio, vitaminas C, B6 y otras sustancias beneficiosas.

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Plátanos con manchas marrones. Estos plátanos tienen aún más azúcar, pero menos almidón valioso. También son ricos en antioxidantes.